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CÓMO LLEGAR

Ujué está ubicado en la zona media de Navarra. El mayor municipio cercano a la villa de Ujué es Tafalla. Una vez ubicados dentro de la capital del Cidacos (Tafalla), hay que posicionarse en la carretera que lleva a Sangüesa, donde se encuentra la estación de ferrocarril. Se trata de la carretera NA-132. Tras recorrer 10 Kilómetros se llega a San Martín de Unx, y se atraviesa. Después de cruzar este pueblo y tras una bajada se encuentra el cruce con la carretera NA-5310, que lleva directamente a Ujué con un recorrido de 8 Kilómetros. El distintivo que indicará que estamos cerca del núcleo urbano de nuestro destino es la Cruz del Saludo, y un cruce de caminos que separa la carretera de la Sierra que desemboca en Murillo el Fruto y el último tramo de la NA-5310 que desemboca en la entrada a Ujué.

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DATOS DE INTERÉS         

  • AYUNTAMIENTO DE: UJUÉ
  • COMUNIDAD AUTÓNOMA: NAVARRA
  • PARTIDO JUDICIAL: TAFALLA
  • MERINDAD: OLITE
  • SUPERFICIE: 111,88 Km2
  • ALTITUD EN EL AYUNTAMIENTO: 777 M
  • DISTANCIA A PAMPLONA: 53,0 KM

COSTUMBRES Y FIESTAS

  • ROMERÍASImagen que muestra la entrada de los romeros
    Según la tradición, las romerías a Ujué nacieron en el año 1043 con la peregrinación de los vecinos de Tafalla a esta localidad para agradecer a la Virgen su victoria en la batalla contra el rey de Aragón. En la actualidad se han convertido en unas de las romerías marianas de mayor antigüedad e importancia de toda Navarra. Ataviados con túnicas, portando cruces y a veces incluso descalzos y con cadenas, los romeros llegan hasta el Santuario para elevar su plegaria a la Virgen. Son muy característicos los repiques de campanas que acompañan a los penitentes, y destacan por su emotividad la vitoreada despedida a la Virgen.
    Además de Tafalla, visitan Ujué los municipios de: Aibar, Ayesa, Barasoain, Beire, Carcastillo, Eslava, Figarol, Gallipienzo, Lerga, Mélida, Murillo el Fruto, Olite, Peralta, Pitillas, Pueyo, San Martín de Unx y Santacara.
    La fecha clave para este festejo son los domingos siguientes al 25 de abril, festividad de San Marcos.
    Mención especial a las romerías menos masificadas que celebran las Hermandades de los Doce de Tafalla y de Olite.
  • SAN ISIDRO LABRADOR (patrón de la villa). 15 de mayo.
    Los labradores desfilan en procesión con la imagen de su patrón. Acostumbran, además, a celebrar una comida.
  • ERMITA DE LA VIRGEN BLANCA. Primer domingo de junio.Imagen de la Virgen de la Blanca
    Son en esta ocasión los vecinos de Ujué quienes se desplazan hasta la ermita de la Virgen Blanca en plena Sierra. En muchos casos recorren los 9 kilómetros de distancia a pie (los más animados incluso regresan también caminando). Este día se conmemora una misa en la ermita, adornando con olorosas flores la imagen de la Virgen de alabastro, y se rinde culto al buen comer y beber primero en las inmediaciones de la ermita y luego en los diversos corrales repartidos por el término.
  • FIESTAS PATRONALES. En honor de la Natividad de la Virgen – 8 de septiembre.
    Las Fiestas Patronales se celebran alrededor del 8 de septiembre. Obligatorio abarcar un fin de semana en el que los numerosos descendientes de Ujué que ya no habitan en el pueblo «bajan» por tratarse casi siempre de un trayecto de norte a sur desde Pamplona… aunque «suban» debido al desnivel que tiene el municipio. Destacan el día de la Patrona que amanece con la tradicional aurora por las calles de la localidad, los calderetes amenizados por txarangas siempre dispuestas a armar jaleo, los bingos populares organizados por la juventud, la apertura del Gaztetxe y los pipotes en el centro neurálgico de la Calle del Cuerno, los bailes sobre el empedrado suelo de la Plaza Mayor, los fuegos de artificio que deslumbran a las torres de la iglesia, y los espectáculos de vaquillas para niños y mayores atrevidos.
  • FIESTA DE LAS MIGAS. Domingo de Septiembre tras las fiestas patronales.
    Es una tradición joven. Se centra en la degustación de las migas de pastor (producto típico de Ujué). Se elaboran con pan, agua, sebo, ajo, tomate… El toque especial de Ujué es el corte especial que se da al pan cabezón, ingrediente fundamental muy consistente por la harina utilizada en su preparación, y horneado a la vieja usanza en horno de leña.
    Además, en esta jornada se pueden saborear otros productos típicos (caldico, almendras garrapiñadas, rosquillas, vino de la tierra…) y se pueden admirar diversas exhibiciones de artesanía y oficios antiguos.

QUÉ VISITAR

Por su atractivo singular, fue declarado en noviembre de 2008 una de las diez Maravillas de Navarra.
Ujué dispone de muchos elementos para visitar: la imagen de la Virgen, el santuario, el pueblo en sí mismo y el término con sus vistas.

El santuario guarda restos de los siglos XI, XII y XIV. Todavía esconde secretos que poco a poco, en las sucesivas restauraciones, se van descubriendo.
Del siglo XI, estilo románico, se conserva la cabecera y tres ábsides con sus correspondientes naves. Carlos II mandó destruir el resto para construir una nave gótica en el siglo XIV. De esta forma, los estilos se han mezclado en el santuario. Mirador de la iglesia a ras de suelo
Los alrededores de la iglesia también se pueden visitar. Está la casa parroquial, el castillazoSanta Ana, el claustro, los atrios, el aljibe

Preside el santuario la imagen de Santa María: la Virgen de mirada serena y los ojos almendrados. Es una imagen románica perteneciente a la variedad de la Sedes Sapientiae o Trono de la Sabiduría. Tanto la Virgen como el Niño muestran una actitud rígida y hierática que no dejan al fiel indiferente, logrando contagiarle calma y confianza. Es de madera de boj recubierta de plata y enriquecida por sellos, figuras y escudos que otorgan un valor incalculable a la talla.

Imagen de la Casa QuemadaUjué, con la iglesia fortaleza como atalaya, ofrece un núcleo urbano de calles estrechas y empedradas, que sorprenden a quienes pasean por ellas. Es un entorno totalmente peatonal, lo cual sorprende a los forasteros. Los recovecos y los rincones cuidados son espacios que merece la pena fotografiar por los visitantes.

El apretado caserío se asienta sobre un montículo de fuertes pendientes que descienden escalonadamente, conformándose estrechas calles en cuesta. El trazado, laberíntico, se ensancha en la parte baja del pueblo donde se ubican dos plazas vecinas. Desde la cumbre domina el conjunto el Santuario de Santa María.

Imagen de calle típica empedrada

Paseando se llega hasta la ermita de San Miguel. Es románica del siglo XIII y únicamente le queda la fachada en bastante mal estado y el esqueleto de los arbotantes de piedra. Se trata de una construcción de un gótico temprano en el que aún subyacen elementos del románico, principalmente en la portada y fachada principal. Vista panorámica de la ermita de San Miguel

Fuera del casco urbano se emplaza un crucero del XVI con ástil poligonal elevado sobre cuatro gradas circulares: es la Cruz del Saludo. El Calvario y una imagen de la Virgen de Ujué se sitúan a ambos lados de la cruz.

Otra construcción a reseñar es la ermita de la Virgen Blanca (a unos 8 kilómetros del pueblo). Es un pequeño edificio de origen medieval que ha sufrido sucesivas reformas en épocas posteriores. Su planta es una sencilla nave rectangular con cubierta plana moderna.


GEOGRAFÍA

Ujué se encuentra en la sierra que lleva su nombre, a una altitud de 815 metros, en el límite inferior de la zona media de Navarra dominando los Pirineos y las tierras de la Ribera. Con sus 112’57 Kilómetros cuadrados, es uno de los municipios más grandes de Navarra. Limita al norte con los municipios de Lerga y Eslava, al este con Gallipienzo, al sur con Murillo el Fruto, Santacara y Pitillas y al oeste con Beire y San Martín de Unx.   Vista general de Ujué, en un día nublado

La mayor parte del término municipal está ocupado por la facies miocénica de arcillas y areniscas con paleocanales, cuyos estratos buzan ligeramente hacia el Sur o se hallan prácticamente horizontales. Los afluentes del Cidacos por un lado, y los del Aragón por otro, han atacado fuertemente a este conjunto sedimentario detrítico, reduciéndolo a una cadena de cumbres planas que suelen llamarse Sierra de Ujué (700 – 850 m.) y que hace de divisoria de aguas entre los dos mencionados ríos. Por elSE llega el municipio hasta el mismo curso del Aragón. En el Norte, en cambio, más cercano al eje del anticlinal de Tafalla, los buzamientos son fuertes y las areniscas y conglomerados oligocénico-aquitanienses (conglomerados de Gallipienzo) arman una cresta enérgica de direcciónESE.ONO que culmina en Chucho Alto a 932 m.

En función de la altitud, los principales datos climáticos, expresados por sus valores medios anuales, varían así: 12,5°-13,5° C de temperatura, 450-800 mm de precipitaciones, caídas en 70-90 días, y 700-750 mm de evapotranspiración potencial. Los inviernos son fríos, sobre todo si sopla el cierzo, los veranos moderados y relativamente secos; el clima puede calificarse de mediterráneo-continental.

La deforestación de los encinares y robledales originarios fue muy intensa, hasta el punto de haber quedado reducidos a pequeños rodales degradados; la repoblación forestal se hizo principalmente con pino de Alepo.

El extenso término municipal de Ujué está compuesto por muchos parajes, entre los que cabe destacar Busa, Aliaga, Sulue, Aldamara, los Berros, Redondiaga o Santakaramuru. Algunos montes destacados son el alto de Chucho y Bigas.


HISTORIA

Los orígenes de esta villa son confusos, desconociéndose la fecha exacta de su fundación. Ya antes de la dominación romana existían núcleos de población vascona diseminados por la sierra, como lo atestiguan recientes descubrimientos arqueológicos. En las inmediaciones de la ermita de Santa María la Blanca se han encontrado dos aras dedicadas a Júpiter y a la divinidad indígena de Lacubegi, y en la cabecera románica de la iglesia fortaleza se han encontrado restos de una anterior iglesia prerrománica y varios enterramientos que los arqueólogos datan como tardo romanos del siglo IV. También hay indicios de una construcción romana de esa misma época.

La primera constancia escrita del lugar aparece bajo el nombre de Santa María de Uxue a finales del siglo VIII o principios del IX, cuando Íñigo Arista erigió el primitivo castillo-fortaleza, como una avanzadilla de su reino contra el Islam que se extendía por la Ribera. Uno de los primeros relatos sobre Ujué proviene de Al-Himyarí, quien habla de los castillos fortificados que formaban el sistema de defensa del Reino de Pamplona por su privilegiada posición elevada.Vista de la fortaleza de Ujué desde la placeta

Durante los siglos IX y X aparece con el nombre de Santa María como fortaleza fronteriza de montaña. La fortaleza y el poblado surgido a su alrededor se constituyen como villa hacia el año 1076. Desde dicho año Ujué estuvo bajo los auspicios de Sancho Ramírez, el primer rey de Navarra y Aragón, quien fundó la Iglesia de Santa María, según un documento de donación fechado en el año 1089 y se amplían las dependencias del castillo. Asímismo, el rey le concede fueros, por los que se estipula que fuera villa realenga y sus vecinos libres e ingenuos, sin que pudieran ser enagenados en señorío.

Alfonso el Batallador conquista los reinos de Tudela y Zaragoza treinta años más tarde y, ante la falta de acoso musulmana, Ujué entra en decadencia y muchos de sus vecinos emigran hacia la llanura.

Imagen de la Virgen de UjuéCon los reyes de la Casa de Évreux Ujué vuelve a recuperar su importancia, pues los reyes Carlos II el Malo y su hijo Carlos III el Noble manifestaron su predilección por su santuario. Aunque el rey Carlos II de Navarra pasó a la historia con el sobrenombre de «el Malo», amó Ujué y a su Virgen, a la que donó su corazón, conservado en la actualidad en una arqueta en la cabecera de la iglesia. Carlos III el Noble organizó frecuentes peregrinaciones al Santuario de Ujué desde su corte de Olite. Esta costumbre la mantuvo su hija, la reina Blanca de Navarra, quien al morir, ordena en su testamento ser enterrada en la iglesia de Ujué. Esta disposición testamentaria no se cumplió, probablemente por las guerras civiles que por aquellos años ensangrentaban el Reino de Navarra, y Doña Blanca quedó enterrada en Santa María la Real de Nieva, donde falleció. Doña Leonor, hermana de doña Blanca, interviene para frenar la decadencia de Ujué, tras su segregación de Pitillas. Organiza varias peregrinaciones al Santuario y libera de impuestos a todos los vecinos de la villa. En 1482 se inicia un nuevo resurgir de Ujué.

Tras la Conquista de Navarra por parte de la Corona de Castilla se produce un aumento de la población de Ujué. El Cardenal Cisneros dio orden de derribo de la fortaleza, orden que no se cumplió en cuanto a la Iglesia con sus dos torres almenadas y la casa parroquial o palacio de Carlos II. Son lo único que se conserva en la actualidad tal y como estaban antes de la conquista.El resto de edificaciones sí que quedaron demolidas.

Imagen de las torres desde el sueloEn lo más alto del pueblo se encuentra un terreno denominadoCastillazo. Es ahí donde se levantaba la zona eminentemente militar.Dentro de esos terrenos y en la zona junto a la Iglesia es donde se encuentran las ruinas del edificio de la universidad de Carlos II, un aljibe en lo que pudo ser el patio de armas y los cimientos de un gran torreón que fue demolido.

A partir del siglo XVI la piedras de los edificios demolidos del Castillazo fueron empleadas en diversas edificaciones anexas a la Iglesia y en la construcción de muchas casas del vecindario. Hacia 1533 Ujué contaba con una población estable que crece ligeramente hasta finales del siglo XVIII, en el que se derriban sus murallas, y ya tiene 170 casas habitadas. A finales del siglo XIV el papa Clemente VII ordena que la iglesia de Ujué sea reintegrada al obispado de Pamplona. El Santuario de Ujué fue atendido por clérigos de la Orden de San Agustín hasta el siglo XIII en que pasó a manos de clérigos seculares. De aquí procede que los párrocos de Ujué sean llamados Priores, por justo título concedido por el Papa Pío V. El priorato de Ujué fue polémico. En 1570, Felipe II concede a la catedral de Barbastro los prioratos de Larraga, Funes y Ujué, provocando las protestas de los ujuetarras. Felipe V reconduce la situación y decreta los derechos de los solicitantes.Imagen del mirador de Ujué

En 1711 se quiso dejar sin efecto el privilegio de doña Leonor, intentando obligar a la Villa de Ujué a pagar sus antiguas pechas al estar en bancarrota la Hacienda Real, tras la Guerra de Sucesión. Dado que los habitantes de Ujué habían tomado partido por Felipe V, éste expide una real cédula firmada en el Buen Retiro «ordenando al Tribunal de la Cámara de Comptos el sobreseimiento de los embargos a la villa de Uxue».

La Iglesia-Fortaleza fue declarada Monumento Nacional por Orden Ministerial de 26 de junio de 1936. El templo se encuentra protegido al amparo de la Declaración Genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. Guarda en su interior una talla de la Virgen de Ujué, elaborada en madera hacia 1190 y forrada en plata en el siglo XIV. Esta Virgen morenica es conocida como «la Patrona de la Ribera» y cada año la veneran todos los pueblos de alrededor, que acuden en romería a visitarla y ofrecerle las primeras flores primaverales.